viernes, 15 de marzo de 2013


La Empatía.



La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura.

Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.

Es sin duda una habilidad que, empleada con acierto, facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad.

Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.

Por ello la empatía es algo así como nuestro radar social, el cual nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos en rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto. Revisemos ahora con detenimiento en qué nos es útil.

No es raro que se crea comprender al otro sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no “ver” más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente “evidente”.

Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces “invisibles” en apariencia, las cuales debemos aprender a “leer”.

Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales.

El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales. Pero ello es algo a lo que debemos estar atentos en todo momento, pues lo que funciona con una persona no funciona necesariamente con otra, o es más, lo que en un momento funciona con una persona puede no servir en otro con la misma.

Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India.

Ciertamente no tenemos que ser como Gandhi para darnos cuenta que existen sutiles “armas” que podemos usar en beneficio propio y de los demás, que no son para destruir sino para hacer florecer relaciones provechosas en aras de nuestro crecimiento como seres humanos. Finalmente, no es exagerado sostener que las bases de la moralidad (que siempre es la interior) deben hallarse en la empatía, en la cual a su vez (al ser llevada con integridad) está la raíz del altruismo.

Pensando En Positivo



La mejor manera de encontrar el BIENESTAR EMOCIONAL es PENSAR EN POSITIVO.

Cuando los PENSAMIENTOS NEGATIVOS se nos suceden en la mente, trabajemos combatiéndolos hasta logar bloquearlos.

El simple hecho de esbozar una SONRISA, elimina la tensión corporal y difumina la negatividad, Así que, cuando te sientas triste, sonríe. El cambio no se producirá de un día para otro, pero tenemos la enorme suerte de que la mente es muy plástica por lo que cuando te quieras dar cuenta la positividad te vendrá de manera casi automática y el bloqueo emocional habrá desaparecido.

Evita las QUEJAS continuas. Las reclamaciones asiduas atraen, como un imán, las cargas negativas de tus propios pensamientos y emociones adversas.

Muchas de las percepciones que tenemos de que algo no va bien, comienzan a hacerse notar cuando nos lamentamos.

Se LIBRE de pensamiento y emoción. No dejes que interferencias externas se acumulen en tu vida diaria.

Libérate de la negatividad que te envuelve, rumores, lamentaciones, comentarios malintencionados, etc. Y da prioridad a aquello que te hace sentir bien.

Rodéate de GENTE OPTIMISTA, la positividad se contagia, Déjate guiar por tu intuición.

No te DISGUSTES con facilidad ni le des importancia a las pequeñas cosas que en un momento dado te pueden hacer sentir mal. Cuando nos irritamos somos como el veneno de una serpiente que invade nuestro cuerpo y nuestra mente, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.

Procura dar espacio a la SERENIDAD y cuando te sientas superado, practica la relajación para controlar la explosión de emociones negativas.

Vive el PRESENTE, El pasado no se puede cambiar ni el futuro adivinar, de esta manera eliminaremos el rencor del primero y la ansiedad del segundo. Lo mejor es vivir aquí y el ahora, haciendo que el día valga la pena.

Las preocupaciones, las lamentaciones y traer a la superficie una y otra vez algún evento que haya sido causal de alguna situación de conflicto,  lo único que te aportaran es una SOMATIZACION física que desembocara en una enfermedad.

Aprovecha los recursos que la NATURALEZA te ofrece, para cargarte de energía:

·        Agua :
o   El agua purifica. Siempre que tengas ocasión, acércate a la playa, un rió o una cascada y déjate inundar por esa sensación placentera que transmite el contacto de tu piel con el llamado elixir de la vida. Si no puedes hacerlo tanto como quieras, métete bajo la ducha con los ojos cerrados e imagina que la negatividad que acarreas y el cansancio físico y mental que la determinan, se van escurriendo de tu cuerpo conforme el agua se desliza.
·        Tierra :
o   Camina descalzo cuando puedas sobre la tierra pura (arena de playa, grama, etc.), de tal manera que esta misma ejerza una especie de masaje sobre la planta del pie, Si no tienes opción, masajéate los pies con alguna crema tras un largo día de trabajo y disfruta esa sensación de alivio.
·        Música :
o   Escucha música que te haga sentir bien, se recomienda la clásica o instrumental, música que genere estados de relajación y te permitan ver, que la vida no debe estar llena de rencores ni sentimientos negativos. La vibración de la música hace emerger nuestra alegría dando paso a las manifestaciones de otras emociones positivas.